lunes, 20 de octubre de 2008

Indignante persecución


Manipulando las leyes, Ortega pretende acallar el ejercicio serio de la crítica

El asedio contra Carlos F. Chamorro y Sofía Montenegro violenta la democracia

La persecución desatada por el gobierno de Daniel Ortega contra el periodista independiente Carlos Fernando Chamorro y la dirigente femenina Sofía Montenegro es un hecho totalmente arbitrario, indignante y preocupante, que revela el peligroso giro autoritario tomado por su régimen y la carencia de un mínimo Estado de derecho en Nicaragua. Por ello, merece el repudio de quienes, dentro y fuera de ese país, consideramos que la democracia y el respeto a los derechos humanos son el camino a seguir para bien de sus habitantes.

Chamorro es ejemplo en el ejercicio de un periodismo serio, valiente, autónomo y abierto. Hijo de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro, y director durante varios años del diario oficial sandinista Barricada , fue expulsado de ese cargo cuando decidió, como resultado de sus convicciones y de una lectura atenta de los nuevos tiempos, que el periódico debía evolucionar desde la militancia partidista hacia la información balanceada, el debate tolerante y la actitud independiente. Tras su salida forzada, la publicación se replegó de nuevo hacia el dogmatismo, perdió su credibilidad y, finalmente, desapareció.











Con posterioridad, Chamorro emprendió una serie de tareas profesionales, académicas y de investigación, que han contribuido a generar opciones de mayor calidad periodística en Nicaragua. Como parte de tales esfuerzos, en 1990, junto a un grupo de ciudadanos, formó la asociación sin fines de lucro Centro de Investigación en Comunicación (Cinco), que actualmente preside, y de la cual es directora ejecutiva Sofía Montenegro, respetada investigadora social y activista por los derechos humanos, también dirigente del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM).

En el ejercicio de la profesión, Chamorro se ha caracterizado por una actitud totalmente independiente, sin militancia, apegada al balance y la equidad informativa, y por un frecuente ejercicio de la investigación periodística. Esto, inevitablemente, lo ha llevado a ejercer la crítica bien fundamentada contra la conducción gubernamental y partidarista de Ortega, mediante denuncias que han dejado en evidencia las peligrosas tendencias autoritarias y la absoluta falta de transparencia que caracteriza a su administración. El MAM, por su parte, conforma la alianza de grupos feministas que, en Nicaragua y fuera de ella, han denunciado con insistencia los abusos que se atribuyen a Ortega contra de su hijastra, Zoilamérica Narváez.

Como asociación independiente que es, Cinco tiene un convenio de colaboración con el MAM, que incluye, entre otras cosas, un fondo común al cual han contribuido diversas fundaciones del exterior, interesadas en el desarrollo de la sociedad civil en Nicaragua. Y ha sido este hecho, totalmente legítimo y normal, el que ha dado pie a que el Ministerio de Gobernación denuncie a Cinco y a Chamorro por una inexistente "triangulación" de fondos de la cooperación internacional. A partir de aquí se ha desatado una inmisericorde persecución contra él y Montenegro, sin sustento jurídico alguno, que condujo, el pasado sábado, al allanamiento forzado de sus oficinas.

Tal como expresó el escritor y exvicepresidente sandinista, Sergio Ramírez, la acción es, simplemente, "un abuso arbitrario de la ley para aplicarlo a los que no piensan como los que están gobernando". El propósito directo es acallar a Chamorro, a Montenegro y a sus organizaciones, pero también presionar aún más a los amplios sectores de la sociedad civil nicaragüense que se movilizan para frenar los múltiples intentos autoritarios de Ortega, empeñado en acaparar cada vez más poder, a contrapelo de la democracia y las instituciones.

No sabemos cuál será el desenlace de este triste episodio, pero el daño que ya se le ha causado a la democracia y, en particular, a dos de sus representantes más respetados en Nicaragua, es motivo de sobra para rechazarlo con vehemencia. Dichosamente, la solidaridad interna y externa ha sido sólida y nutrida. Nos sumamos a ella y reafirmamos nuestro respaldo al ejercicio del periodismo independiente en el país vecino.

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