TEGUCIGALPA (Reuters), 23 de septiembre de 2009. Amnistía Internacional denunció el miércoles abusos policiales en Honduras, donde el sorpresivo regreso del derrocado presidente Manuel Zelaya desató enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad que dejaron al menos un muerto y varios heridos.
Las fuerzas de seguridad hondureñas han venido chocando desde el martes en varios puntos de la capital Tegucigalpa con manifestantes que pedían el retorno al poder de Zelaya, depuesto hace casi tres meses por militares con el apoyo de políticos conservadores, la justicia y el Congreso.
"La situación en Honduras sólo puede ser descrita como alarmante", dijo en un comunicado Susan Lee, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
Luego de tres meses de exilio forzado, Zelaya se refugió en la embajada de Brasil tras haber entrado en secreto al país para intentar recuperar el poder, burlando las defensas del Gobierno de facto. Zelaya tiene órdenes de arresto en su país.
Militares y fuerzas policiales rodean desde el martes por la madrugada la sede brasileña. El martes arrojaron gases lacrimógenos a seguidores de Zelaya que protestaban frente a la sede y que se defendieron con piedras. La batalla campal dejó decenas de heridos y varios detenidos.
La primera víctima de la violencia política fue el martes por la noche, cuando un hombre de 65 años falleció baleado en un barrio pobre de Tegucigalpa en otra manifestación a favor de Zelaya. Otras cinco personas fueron heridas de bala el miércoles, de acuerdo con un médico del Hospital Escuela.
"Los ataques contra los defensores de derechos humanos, la suspensión de medios de comunicación, las golpizas a manifestantes por parte de la policía y los crecientes reportes de arrestos masivos indican que los derechos humanos y el imperio de la ley en Honduras están en riesgo", sostuvo Lee.
El Gobierno de facto mantiene un toque de queda desde el lunes, que solamente fue suspendido el miércoles por unas horas para que los hondureños pudieran abastecerse en supermercados y gasolineras, donde las colas se extendían por las calles.
Los cuatro aeropuertos comerciales del país están cerrados.
Además, algunos medios hondureños como el Canal 36 de televisión y Radio Globo, que son considerados simpatizantes de Zelaya, han sufrido en los últimos días interrupciones en sus transmisiones que les han impedido de a ratos transmitir sus señales, según Amnistía Internacional.
"Desde el comienzo de las manifestaciones, los militares han intentado mantener a la prensa internacional al margen, y han hecho de todo para imponer el silencio a los escasos medios de comunicación independientes que todavía permanecen activos en el país", agregó por su lado la agrupación Reportes sin Fronteras en un comunicado.
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