Por Liliana Daunes
Tengo un dolor antiguo en la piel. Tiene la forma de una cicatriz abierta. Tiene el color de muchos dolores. Tiene la memoria de muchos golpes. Es un dolor hondo. Duele honduras. Empieza por la piel, pero la atraviesa. Se hace nudo en el estómago, nudo en el pecho, nudo en la garganta. Se escapa en llanto de los ojos. Duele honduras. Es un dolor que huele a miedo. Es un dolor que te pudre las ganas. Tiene el rostro desconocido de los muchachos asesinados, de los presos y las
presas. De quienes resisten con las manos contra las balas.
Trato de olvidarlo pero no puedo. Es un dolor que no encuentra calma. Es un dolor que busca quien lo levante de sí mismo para dispararlo contra los que salieron de las sombras. Es un dolor que se espesa enla espera. Es un dolor que se entrevera en la esperanza. Duele honduras. Duele hondo el dolor de tanto golpe. Duele la rabia y la agonía. Es un dolor antiguo. Es cicatriz. Dispara nunca más contra la historia. Es memoria todavía. Tiene la rabia del pueblo. Tiene la furia antigua del fuego en las hogueras. Arde el dolor en Tegucigalpa.
Frente a un golpe de Estado en un país de nuestro continente, nopodemos permanecer indiferentes. Debemos frenar a quienes miran el futuro desde la mirilla de los fusiles, dice y grita: “Cualquier pueblo agredido es nuestro pueblo”.
Más información: www.larosabrindada.blogspot.com
Tengo un dolor antiguo en la piel. Tiene la forma de una cicatriz abierta. Tiene el color de muchos dolores. Tiene la memoria de muchos golpes. Es un dolor hondo. Duele honduras. Empieza por la piel, pero la atraviesa. Se hace nudo en el estómago, nudo en el pecho, nudo en la garganta. Se escapa en llanto de los ojos. Duele honduras. Es un dolor que huele a miedo. Es un dolor que te pudre las ganas. Tiene el rostro desconocido de los muchachos asesinados, de los presos y las
presas. De quienes resisten con las manos contra las balas.
Trato de olvidarlo pero no puedo. Es un dolor que no encuentra calma. Es un dolor que busca quien lo levante de sí mismo para dispararlo contra los que salieron de las sombras. Es un dolor que se espesa enla espera. Es un dolor que se entrevera en la esperanza. Duele honduras. Duele hondo el dolor de tanto golpe. Duele la rabia y la agonía. Es un dolor antiguo. Es cicatriz. Dispara nunca más contra la historia. Es memoria todavía. Tiene la rabia del pueblo. Tiene la furia antigua del fuego en las hogueras. Arde el dolor en Tegucigalpa.
Frente a un golpe de Estado en un país de nuestro continente, nopodemos permanecer indiferentes. Debemos frenar a quienes miran el futuro desde la mirilla de los fusiles, dice y grita: “Cualquier pueblo agredido es nuestro pueblo”.
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