COMUNICADO
Estimadas amigas y amigos
Hemos recibido la triste noticia de que el caricaturista hondureño Allan Mc Donald (Premio Nacional de Caricatura) y su pequeña hija Natalie Abril de tan solo año y medio, fueron secuestrados y detenidos por las fuerzas armadas de Honduras. El hecho es motivo de gran preocupación no solamente porque Allan ha sido nuestro gran colaborador en las luchas a favor de los Derechos Humanos de las Mujeres, sino también porque este secuestro nos recuerda vívidamente los acontecimientos sucedidos en décadas pasadas en países hermanos. Ahora, cuando creíamos que la Región Centroamericana se enrumbaba hacia la construcción de mecanismos de negociación en lugar de actos de violencia, vemos el Golpe de Estado y las acciones para sostenerlo, como un llamado a nuestra conciencia acerca de la fragilidad de nuestros Estados Democráticos.
Para quienes no conocen a Allan Mc Donald o su obra, valga decir que él es un hombre que entre otros méritos, ha plasmado en sus dibujos una crítica subversiva al uso del poder y la violencia en las relaciones hombre – mujer. Y hoy como resultado de su trasgresión al orden establecido, experimenta en su propia vida la amenaza a su integridad física y la destrucción de su obra. Ante ello, las mujeres sabemos que no hay poder sin resistencia y que nunca hemos sido víctimas pasivas a pesar de nacer y vivir en espacios que nos quebrantan cotidianamente la autonomía y la independencia económica y de criterio. Las mujeres sabemos por lo tanto, que lo sucedido a Allan forma parte insoslayable de nuestra propia experiencia; porque cuando somos trasgresoras del orden establecido, somos atacadas por las instituciones, la norma legal, los mandatos culturales y más aún, por integrantes de nuestras propias familias. Las mujeres hemos aprendido que la trasgresión tiene un precio porque siempre pagamos por cualquier acto disidente. Pero existe en nuestro interior una llama viva de libertad y de lo reconfortante que es liberarse de cadenas, porque las mujeres no queremos confites en el infierno ni las jaulas construidas de oro.
Particularmente, en mi esencia de mujer, he aprendido de la importancia de las redes sociales que legitiman mis vivencias y de que las denuncias públicas constituyen un elemento encaminado a la reivindicación; por ello me siento convocada a unirme a las voces que denuncian y reclaman por el respeto a la persona de Allan y de todos y todas nuestras hermanas hondureñas.
María Cecilia Claramunt
Presidenta Asociación Armonie
Me gusta que me llames trasgresora porque mi alma está colmada de sueños y tengo
el coraje y la pasión grabados en mi piel
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